martes, 12 de enero de 2010

12 de enero de 2010

Hoy hemos decidido salir mas temprano de aquí por que teníamos que hacer mas cosas por Bergen. Hemos desayunado Crispis de la bolsa gigante con la leche escasa y sin azúcar, Edurne con café y Mara, como odia el café, sola. A la salida hemos visto la puerta del cementerio abierta y hemos decidido probar suerte y atajar. Al final el atajo nos ha salido bien, hemos descubierto que todo está mas cerca, si eliges el camino bien. Edurne, de la caída de ayer, se está empezando a quejar de la muñeca. Hemos seguido el caminico “tiki, tiki, tiki” y hemos llegado a la zona de la biblioteca que es donde queríamos ir. Hemos entrado en “la cueva” (el dibujo de Kirsten 2) y hemos rellenado un formulario para hacernos el carnet de socias para poder usar internet. Hemos enviado los correos a la familia y demás, hemos buscado fotos para la presentación y, la hora que teníamos para hacerlo todo, se nos ha pasado volando. A la salida, hemos ido al centro comercial de ayer para que Mara meara, como había que pagar no ha meado en la biblioteca. En el centro comercial, también había que pagar 5 Nok. Pero una mujer nos ha colado. Una vez meadas, hemos comprado postales y sellos para mandarlas (1 beso a Pili que por fin las he podido comprar). Luego hemos enfilado hacia el museo de Mara para ver de qué iba el asunto. Hemos llegado al mercado de pescado y hemos visto puesto de peces vivos con cigalas, gambas, bueis de mar, bogavantes… (Besos al padre de Edurne que estamos escuchando “Pink Floyd”) Todo tenía pinta de ser caro y estar muy bueno. Cuando hemos llegado, Edurne se ha asomado por la ventana mientras una vieja la miraba con cara de mala leche y mara se descojonaba. Al lado del museo hay un restaurante español… íbamos a parar a ver si nos invitaban a algo pero al final nos dio vergüenza. Hemos parado en una librería a comprar “POZ ZIS” (según Edurne) en la realidad son “Pos It”, una libreta, cinta adhesiva y sobres. Continuamos hasta el puesto de nuestro amigo Oliver y, cuando hicimos la compra, nos acordamos de que no se puede pagar con tarjeta española y, otra vez hemos tenido que dejarle la compra al pobre para ir a sacar dinero. Pero lo bueno es que por fin hemos comprado lentejas, alubias y mayonesa que en las tiendas normales no hay, solo en la tienda de nuestro colega. Hemos comprado 4 kg. De legumbre para las dos… que luego hay que venir por mas y hay que bajar la cuesta y subirla. Nuestro súper amigo nos ha explicado las monedas para que no hagamos más las panolis.


Después de comprar, hemos cogido el bus número 2 para recuperar fuerzas para subir “la cuesta de la muerte”. Al llegar a la parada hemos parado a comprar compresas y “asúcar” (hola Celia Cruz) en “Rema 1000”. Edurne se ha quedado en la puerta con la bolsa de la otra tienda mientras Mara ha entrado a elegir compresas. Como Mara no encontraba ni las compresas ni el azúcar, y mosqueada, ha buscado compresas en diccionario y se lo ha enseñado a la dependienta. Después de que tres dependientas vieran lo que Mara buscaba, una de ellas muy amablemente, se ha dirigido en dirección a los congelados, descubriéndole a Mara que la tienda seguía por otro pasillo y se multiplicaba. A todo esto Edurne esperando viendo gente entrar y salir, pero a Mara, que entraba por dos cosas, no. A la final, aburrida, se ha sentado en unos palés de madera a descansar. Entonces Mara ha salido y le ha contado a Edurne porqué ha estado veinte minutos para comprar un poco de azúcar y un paquete de compresas. Y, seguidamente, nos hemos dirigido a “la cuesta de la muerte” aunque Edurne quería evitarla volviendo al pueblo. Esta vez, como logro personal, solo hemos parado una vez y solo un minuto. Hemos subido muertas de cansancio. Luego, nos hemos puesto a hacer la comida: hamburguesa a lo pobre. Edurne se ha comido dos trozos de carne de hamburguesa con un trozo de pan y una ensalada de lechuga del Gregal. Mara un par de hamburguesas con queso apestoso, tomate natural, pasta de tomate y un poco de ensalada. Luego hemos fregado y nos hemos venido a la habitación de Mara a cuadrar otra vez las cuentas, a hacer este diario, y a empezar el trabajo de la presentación que Kirsten nos mandó, mientras nos comíamos a las primas noruegas de las galletas “María”, que aquí son “Mariekjeks”. Luego nos hicimos de cena “patatas a lo pobre” con picoteo de embutido. Después nos vimos una peli en la habitación de Mara y nos fuimos a dormir… ¡¡MALDITA CUESTA DE LA MUERTE!

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