martes, 19 de enero de 2010

19 de enero de 2010

Hoy nos hemos levantado temprano como cualquier día de curro: Edurne a las seis y Mara a las siete y media.

Día de Mara: Pues hoy he salido casa y estaba cayendo una señora nevada… No veía a nadie con paraguas y me daba cosa sacarlo por no parecer una panoli pero me estaba mojando y, al final, una vieja a pasado por mi lado con uno y he pensado que “¡ande yo caliente y ríase la gente!” En el museo he estado en la parte de abajo (lo que es el museo en si) todo el día. Primeramente me han enseñado donde se enciende todo y lo que hay que abrir o cerrar para el público. Luego mi compañera Kari y yo hemos buscado todas las bombillas que estaban fundidas y las hemos cambiado. Después de eso hemos abierto el museo al público: ha venido un grupo con guía y un chaval de nuestra edad que, a juzgar por su monedero lleno de euros, no era noruego, pero lo parecía… Las horas de apertura han transcurrido entre conversaciones con Kari y traducciones de folletos del museo al español. El “lunch” me lo he comido sola porque todos los demás estaban arriba en sus cosas, Kari se lo ha tomado abajo sola y yo arriba, sola también. Cuando he terminado y me he puesto a colocar lo del lavavajillas, Heidi ha venido y me ha regalado un quesaco de estos noruegos ¡que están para morirse!…Primero me regala dos entradas para una exposición, luego me trae jamón y ahora, como dije que me encantaba el queso de noruega, ¡me trae uno!... ¡Que buena persona! A las dos el museo cerraba y, como yo no salgo hasta las tres, he estado un rato en internet haciendo “tuenterias” (¡1 beso para Irina e Isa!)con Mika (fiel lectora del blog… ¡otro beso!) hasta la hora de salir. Al salir he comprado unos pocos tomates, patatas y leche y he regresado a casa. Al llegar, Edurne ya había llegado y estaba calentando las sobras de mis alubias de ayer para comer… ¡Para que luego alguien diga que desperdiciamos algo! Después me he venido a mi cuarto a seguir traduciendo hasta que ha venido Edurne del suyo y nos hemos puesto a merendar tostadas con aceite: las mías con mi queso tan bueno y nuevo, y las de Edurne con tomate.

Día de Edurne: Esta mañana me he levantado a las 6. Cuando he salido estaba nevando, así que me he puesto el gorro y he acelerado el paso. Así he llegado a la parada del bus que me llevará hasta Salhus, pueblo a unos 40 minutos en el que está mi museo. En la parada me he empezado a rayar, porque no había nada, y yo…¡mierda, he perdido el bus! pero no, enseguida ha venido. A medio camino, en el centro de Bergen, se ha montado Solveig, mi jefa. El bus estaba bastante lleno y cuando se ha descongestionado un poco, mi jefa me ha dicho que me sentase a su lado y hemos ido hablando de diferentes cosas hasta que hemos llegado al pueblo. Cristina, una compañera, me ha enseñado el museo, que todavía no lo había visto. Es una fábrica textil de cuando la 1ª Revolución Industrial en Noruega. Está muy bien porque las máquinas todavía funcionan y puedes verlo todo real, como era cuando la fábrica funcionaba. Además hay vídeos, pero están en noruego, menos uno que tenía subtítulos en inglés. De ese, que era más largo, sí que me he enterado de bastante. Después he ido a mi oficina, que no se si lo he dicho ya, pero tiene unas vistas que lo flipas, y he estado buscando información variada para el trabajo que tengo que hacer y traduciéndola hasta la hora del lunch. Hoy no he comido en la cocina con todos, si no en las mesas del bar con Cristina y otros dos compañeros. Hemos estado hablando después yo he entrado al bar a por un cuchillo (preguntando primero, claro) y ha saltado la alarma. Cristina ha llamado por teléfono a ver qué hacíamos, porque si llamaba yo lo mismo entendía lo que no era y la liaba todavía más, Después del lunch he vuelto a la oficina, he mandado diversos correos y eso y las dos me he ido, porque se me ha olvidado deciros que Solveig me ha dicho que me puedo ir a las 2. ¡Qué guay! Ahora, en vez de llegar a casa a las 5 llegaré a las 4…Y así ha sido. He llegado a casa y me he puesto a cocinar un rato más las alubias que hizo Mara ayer, y en esas ha llegado y ha flipado porque no se esperaba que estuviese yo allí ya.

Después nos hemos venido a la sede oficial, hemos estado hablando y jugando al Uno, hasta las nueve que hemos semi cenado un vaso de leche con crispis… (Mamá de Mara: la merienda ha sido a las ocho porque la comida siempre es sobre las cuatro con lo que no teníamos más hambre, pero que comemos bien). Después Edurne se ha acostado y Mara ha moneado hasta las doce y pico y ha seguido sus pasos

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