miércoles, 3 de febrero de 2010

3 de enero de 2010

Día de Sonia y Edurne: Hoy Sonia y yo hemos ido a Salhus. Nos hemos levantado a las 6 y 20 y hemos llegado algo pegadillas al bus, pero bien. Cuando hemos bajado del bus estaba Solveig, que se ha presentado a Sonia y le ha preguntado si estaba bien o tenía frío y otras cosas. Ha sido muy amable como siempre. Hemos ido todos para la cocina y nos hemos tomado un té. A continuación hemos ido a la otra casa a meternos a internet, ver los correos y contestarlos. Acto seguido nos hemos ido a patearnos Salhus, y la verdad es que nos hemos llevado una grata sorpresa. El pueblo es muy pequeño, pero tiene rincones preciosos. Hemos paseado por todo el pueblo, hemos descansado y disfrutado de las vistas y de la energía del lugar en diversos rincones y hemos hecho muchísimas fotos, de las cuales ya colgaremos alguna en el blog. Después nos hemos encontrado con Solveig, que me ha dicho que nos fuésemos cuando quisiéramos y nos deseaba un buen viaje mañana, porque ¡¡mañana vamos a los fiordos!! Hacia las 12 no hemos ido de Salhus hacia el centro de Bergen a comprar los billetes para el viaje a los fiordos, y cuando hemos salido de la Oficina de Información he salido tan emocionada que me he montado en el bus que no era, y en consecuencia Sonia también. Nos hemos dado cuenta enseguida, nos hemos bajado y nos hemos montado en el correcto, sin pagar más, porque los transbordos son gratis. Así hemos llegado a casa y hemos hecho para comer patatas asadas y pescado a la pancha


Día de Mara: Me he dirigido al curro a buena hora. Al llegar, Heidi me ha dicho que me pusiera ha hacer cualquier cosa que tuviera que hacer que después del lunch la iba a acompañar al museo de pesca. Pues así ha sido: he estado en internet hasta la hora del lunch. En este, me he llevado para que los probaran chorizos, morcillas, salchichón, jamón, quesos y demás que mi madre y mi abuela me enviaron para que subsistiéramos mejor. (¡Gracias de parte de Edurne y mías!) A todos les ha gustado mucho todo excepto la morcilla a Heidi que dice que no le gusta la sangre. Yo, muy orgullosa, les he dicho que eso que estaban comiendo estaba bueno pero no era de calidad superior, que se compraba en el Mercadona. Por una vez mi jefe no ha dicho nada de la calidad del jamón francés frente a un español. Al terminar he recogido y le he dado un poco de todo a Heidi (que siempre me regala cosas) y otro poco a Hilda para que se lo diera a su hija (que es fan de Fernando Torres y quiere visitar España). ¡Pero tranquila familia que aun nos queda muchísimo de todo lo que enviasteis! Cuando hemos terminado, he recogido y, Heidi y yo nos hemos puesto en marcha camino al “Fiskeriemuseum” (museo de pesca). Al llegar me lo a semi explicado el guía... digo Semi porque como la mayoría del tiempo me hablaba en noruego no pillaba nada. Suerte que muchas cosas del museo ya las había visto antes, como por ejemplo la pesca en mar abierto, la pesca de arrastre, los arpones de matar ballenas… ¡Es lo que tiene vivir cerca del mar! Luego hemos ido a las oficinas de ese museo, que estaban como a dos kilómetros, y allí nos hemos bebido un té mientras discutían los nuevos suvenires que iban a comprar para los diferentes museos. Ellas discutían sus cosas y luego me preguntaban: “ tu, como turista, ¿comprarías esto?, ¿Por qué si?, ¿Por qué no?... y también he propuesto cosas para comprar como dedales (acordándome de mi tía Pepa, mi madre y mi abuela que los coleccionan y, estemos donde estemos, tenemos que traerles alguno). Ahí, haciendo como que entendía el noruego he estado tres horas porque, como no sabía donde se cogía el bus para volver a la residencia y pasaba de regresar otra vez a pata, me he esperado a Heidi que ha terminado a las cuatro y pico mientras que, mi horario termina a las tres… pero bueno, esto es como el Karma: un cosa buena por una mala, pues: una hora mas por los minutos que siempre llego tarde. Al final me he venido con Heidi hasta la parada y cada una ha pillado bus para su casa. Al llegar, Edurne me ha preguntado un poco preocupada donde estaba, pero como le había mandado un sms diciéndole que llegaría tarde, tampoco mucho. Me he hecho el pescado y me lo he comido con las patatas al horno que me habían preparado.

Cuando Mara ha terminado de comer, nos hemos subido arriba a la sala de la tele a ver capítulos viejos del DR. House (que para una drogadicta de House como es Mara, le quita el mono). Luego ha venido Fernando y hemos estado hablando los cuatro, no hemos cenado porque llevábamos toda la tarde comiendo patatas fritas con limón. Cuando ya eran las tantas, hemos ido desapareciendo poco a poco para acostarnos.

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